Cubiertos por el tiempo
lunes, marzo 30, 2009
Detrás de cada capa
fue asomando la luz.
Primero germinó un destello
cegador,
después un haz de rayos que se iban dispersando.
Finalmente,
no quedó rastro de la oscuridad
que lo había empañado todo.
Miraste tus manos,
gastadas y manchadas por el paso de los años,
y las descubriste lozanas y tiernas.
El aire aún estaba algo turbio
y costaba respirar:
en cada bocanada un recuerdo,
en cada exhalación un olvido…
El tiempo había esculpido
una caricatura sobre tu piel,
pero finalmente había sucumbido
doblegada por su propio peso.
Así se fue diluyendo toda aquella polvareda
y sólo quedo espacio para una memoria nueva e inaudita.