El Halcón Maltés
domingo, mayo 10, 2009
Era la tercera ocasión en la que se llevaba al cine esta fabulosa novela de Dashiell Hammett, pero John Huston (en su debut como director) fue el único que supo exprimirla hasta el extremo, además de darle una personalidad propia.
La década de los cuarenta está plagada de grandes obras de cine negro, pero es esta mi favorita. Es sensacional. Un guión soberbio, un reparto maravilloso (encabezado por un inigualable Bogart), una dirección magistral y una ambientación magnífica consiguen que uno no se canse de ver este filme una y otra vez.
Los diálogos duros y directos que Sam Spade (Bogart) mantiene con todo el que se le cruce, cargados de realismo, magia, sencillez y filosofía, son inolvidables. De verdad, si uno desea aprender que se deje de historias y aplíquese en descerrajar los sibilinos mensajes acerca de la vida y de los hombres que abarca esta película.
Para verla una y mil veces.