Libélulas Azules

miércoles, mayo 19, 2010

Libélulas Azules es el título de un poemario mío inédito que habla, a través de simbolismos, de la infancia, de cómo la infancia deja una huella imborrable en todo ser humano.

Hoy mi prima Maria José (la rorra) me ha mandado un mail que me ha emocionado, y por eso me he puesto a escribir sobre este poemario.

Las Libélulas Azules de las que hablo son las que veía, siendo niño, en la «playa» que el Guadiana formaba a su paso por Badajoz. Desde hace años nadie puede bañarse en esas aguas, desde hace años el parque de San Francisco perdió su encanto, desde hace años el López no desprende el aroma que lo hacía tan singular y maravilloso…

Nací en Badajoz, pero apenas viví allí unos años. He pasado mucho más tiempo en Madrid, Valencia, Murcia y, casi, casi, Barcelona, que en mi ciudad natal. Sin embargo, pasé allí muchos veranos, veranos muy especiales, y mi más tierna infancia, y algunas imágenes están soldadas firmemente en mi memoria. Son imágenes que el paso de los años no ha logrado desvanecer ni arrastrar. Gracias Rorra…

Hoy soñaré con la aguas mansas del Guadiana, con mi cuerpo sumergido plácidamente en ellas, mi cuerpo de niño, y con aquellas libélulas azules que salpicadas por el sol bailaban en el aire, sobre mi cabeza, hermosas, brillantes, animándome a luchar con toda el alma por mis fantasías infantiles…

Badajoz, como me sucede con algunas personas, no es la ciudad que hoy es, para mí siempre será la ciudad que fue, y mis ojos ya adultos y casi cuarentones la contemplan deformada por unas pupilas que aún retienen briznas de la infancia.

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