El Luchador
miércoles, febrero 18, 2009
Como cada año ya voy preparando (para el viernes, seguramente) mis apuestas a los Oscar de este año. Como cada año fallaré más que una escopeta de feria.
Casi he visto todos los filmes que compiten por las categorías más importantes, y hasta ayer no había visionado ninguno que me hubiese dejado realmente impresionado. Me veo como el año pasado, en el que me quedé casi solo defendiendo una obra maestra como Zodiac (de David Fincher, el mismo que este año firma la hipernominada El «soporífero» caso de Benjamin Button… cosas de la Academia, que trata de compensar, como los malos árbritos, el desatino del 2008). De este año lo mejor, el cine más puro, ha sido el plano fijo de los créditos con los que se cierra El Intercambio.
A lo que vamos, ayer asistí al pre-estreno de El Luchador, con pocas ganas, la verdad. Sin embargo, salí del cine emocionado y sacudido por una corriente sin fin de sensaciones. Brutal filme. Soberbio. Los fallos en la dirección, los pequeños defectos del guión y la sobriedad técnica de la realización no empañan una historia real, creíble, que te llega al corazón, y con dos actores que dan lo mejor de sí para hacernos padecer y sufrir en sus carnes: Mickey Rourke (impresionante… descomunal) y Marisa Tomei (más guapa que nunca con 45 años, mejor que cuando era una chavalita).
El Luchador está emparentada con el primer Rocky, con Raymond Carver y lo mejor del Realismo Sucio. Me descubrí llorando en varias ocasiones a lo largo de la película.
Este viernes salid corriendo en busca de aquellas salas en las que sea estrenada, y estad preparados para disfrutar de un pedazo de filme de verdad, sin artificios, un puñetazo directo al corazón…
(La BSO también es la caña)