Los 400 golpes
miércoles, noviembre 19, 2008
Dura película con la que me sentí extrañamente identificado en mi adolescencia. Para mí es la mejor de Truffaut, una de las mejores del cine europeo y obra inaugural de la denominada Nouvelle Vague (una nueva manera de hacer cine, más libre, que une el cine de autor con el neorrealismo).
El filme narra, con un estilo magistral, las visicitudes de un niño rebelde de trece años, Antoine Doinel (a la postre, el propio Truffaut). Los 400 golpes juega con el doble sentido de la frase, difícil de trasladar al castellano: por un lado hacer las mil y una travesuras; por otro, ser capaz de encajar esos 400 golpes que la vida te propina.
Las interpretaciones (sobre todo de los niños), la música y la magistral fotografía terminan de dar el punto a esta obra maestra del incomparable director francés (que sólo alcanzó el nivel de esta película con la también extraordinaria La piel dura).
El filme es triste, y el mar como símbolo confuso de ilusiones y realidades acaba por arrancarle a uno las lágrimas sin remedio. Películas como ésta deberían formar parte de la educación secundaria en nuestras aulas.