Half Life

lunes, octubre 06, 2008

Es increíble. Casi tres años de Blog y exceptuando una melancólica referencia al Spectrum jamás había hablado de videojuegos. Y eso que es la cuarta actividad a la que más tiempo dedico (después de dormir, leer y escribir), por encima del deporte y del resto de cosas relacionadas con la política o el arte y de las que tanto he hablado.

Empiezo por un juego de acción, que no es precisamente mi disciplina favorita. Pero es que Half-Life es una obra maestra (cualquiera de sus juegos, el 1 o el 2, y sus respectivas expansiones). Una experiencia tan absorvente como vivir, como leer o como ir al cine. Meterte en la piel de Gordon Freeman, su protagonista, disfrutar de un argumento excepcional y ponerte a luchar contra «bicharracos» de tres patas sacados de «La Guerra de los Mundos» es algo inigualable.

Ya he viciado a mi hija a los videojuegos (los de simulación: Sim City, Los Sims y Zoo Tycoon), y considero que es recomendable que los niños se encaren de cuando en cuando frente a una consola u ordenador y expriman sus neuronas tratando de resolver complicados retos mientras disfrutan.

Los videojuegos no son ni buenos ni malos en general. Los hay que son auténticos bodrios, pero tan bien existen numerosas obras de arte como Half-Life.

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