GENIO

cerebro GENIO

jueves, abril 06, 2006

Toca un post polémico, seguro, y que despertará no pocas críticas. Pero también sincero, y aquellos que me conocen bien sabrán que no hago más que expresar un sentimiento que me acompaña desde siempre. Seguramente nacido de un complejo de inferioridad y aislamiento, frente al que he desarrollado esta estúpida teoría autocomplaciente.

La cuestión es bien sencilla: casi desde que tengo uso de razón me he considerado un genio, un superdotado intelectualmente. Y pese a mi marcada ideología socialdemócrata, este rasgo de mi personalidad me ha conferido siempre un ramalazo fascistoide del que no me puedo desprender.

El origen está, creo, en mi tendencia procaz a la lectura y la escritura, a diferencia de la mayoría de los niños que conocía y me rodeaban. Además, tenía la costumbre de inventar complejos juegos de geografía y economía que sólo me entretenían a mí mismo. Todo ello me obligaba a una necesaria soledad, de la que nunca he logrado desprenderme. Casi siempre como más cómodo me encuentro es a solas: con un libro, escuchando música y, sobre todo, escribiendo en mi ordenador…

Sigo sintiéndome como un genio: muy inteligente, incomprendido, fracasado, desperdiciado por la sociedad, engreído, orgulloso, estúpido, irresponsable y, en muchas ocasiones, inflexible hasta el extremo. Encerrado en una urna, me defiendo del mundo y de la angustia que me atenaza escribiendo poemas hasta altas horas de la madrugada los fines de semana.

Posiblemente moriré como merezco: olvidado y sin conseguir el reconocimiento infantil que ansío y la gloria que que subjetivamente concedo a mis escritos. Y es que, finalmente soy vulgar como el que más, y no me basta con saber estúpidamente que soy genio para uno solo, y que mis escritos son obras maestras con un auditorio que empieza y concluye en mí mismo.

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